La idea de la impostura musical nació como resultado de las múltiples influencias que conforman la paleta estilística de la que me sirvo a la hora de plasmar un paisaje musical.
Es como una especie de travestismo de géneros, en donde la canción conserva siempre un alma esencial, conectada con mi persona y sentimientos y atada a la vez a las experiencias de vida personales y a las emociones que estas me generan.

Algo así como si el maniquí de mi expresión artística se va vistiendo de distintas ropas de acuerdo a la idea y proyección que le quiero imprimir a cada canción. Unas veces mas pop, otras más rockeros, a veces bajo una mirada optimista y esperanzada, otras bajo el influjo de atmósferas más atravesadas por cierto pesimismo o desesperanza frente a la realidad en la que la canción surge de acuerdo al momento que esté atravesando.
Creo que en lo que a inspiración se refiere, mi mayor influencia puede resumirse en bandas que me supieron transportar a un mundo propio que desconocía tenia dentro de mi, como si me recordaran un sueño propio que había momentáneamente olvidado. Entre tales bandas, para mencionar algunas, podemos hablar de los Beatles, Stones, Velvet Underground, David Bowie, Iggy Pop , Sonic Youth, Nirvana, The Jesus and Mary Chain, etc. Creo que como artista, la creación se debe en principio a una necesidad de exteriorizar sentimientos, impresiones o sensaciones, para las cuales las palabras solas no pueden por sí mismas plasmar, para lo que la música actúa como una especie de cera maleable que sirve a la vez de vehículo para comunicar una idea o sentimiento, que el simple lenguaje nunca llegaría a cubrir.